El Festival Internacional de Cine Documental de Navarra, “Punto de Vista”, que se ha venido celebrando del 15 al 23 de febrero en Iruña/Pamplona cerró el sábado su cuarta edición, adjudicando su máximo galardón, el Gran Premio Punto de Vista, al documental chino Bingai, de Feng Yan, realizador natural de Tianjin aunque residente durante 13 años en Japón, donde estudiara literatura japonesa.
Esta cinta nos muestra el drama de los cientos de miles de campesinos expropiados y desplazados por la construcción de la ya tristemente célebre Presa de las Tres Gargantas en el río Yangtzé, en el epicentro del gigante asiático, mastodóntica obra de ingeniería que también ha tenido su reflejo en otras cintas de reciente exhibición en nuestras salas, como la espléndida Sanxia haoren (Naturaleza muerta), del realizador chino Jia Zhang Ke, ganadora del León de Oro a la mejor película en el Festival de Cine de Venecia 2006.
El Premio Jean Vigo al Mejor Director correspondió al japonés Tatsuya Yamamoto por Tsui No Sumika (Su preciada vieja casa, 2006). En este caso también se refleja un drama humano, en concreto el de la abuela del realizador, una anciana de noventa años que contempla como la casa donde ha vivido toda su vida va a ser derruida, viéndose abocada a una forzada mudanza no sólo de enseres sino fundamentalmente de recuerdos.
El último de los galardones oficiales, el Premio al mejor cortometraje, fue para la producción polaca 52 Percent, 2007 del joven estudiante de cine Rafal Skalski, “por la rigurosidad de la puesta en escena para narrar un momento esencial en la vida profesional y personal de una joven bailarina».
En esta película observamos el esfuerzo y la entrega de una niña de 11 años por conseguir superarse y adecuarse a un canon de medida corporal (ratio del 52%), que marca el listón que ha de superar para entrar en la academia de danza que le permita ser bailarina.

En cuanto a los premios especiales, el Premio Especial del Público fue para la película británica Tovarisch, I am not dead (Tovarisch, no estoy muerto, 2007) de Stuart Urban, filme que nos narra el viaje al recuerdo que, junto a su hijo, emprende Garri Urban, superviviente del holocausto y la persecución soviética, visitando los escenarios de su épico 50 años después de la caída de la URSS.
Asimismo hubo dos menciones especiales que fueron por una parte para la hispano-estadounidense Must read after my Death (Leer tras mi muerte, 2007) de Morgan Dews, que nos cuenta la historia de una familia cualquiera con las sombras propias también de una familia cualquiera.
La segunda mención correspondió a A story of people in wart and peace (Una historia de gente en guerra y paz, 2007) del armenio Vardan Hovhannisyan, que nos trae en primera persona las imágenes de la guerra entre Armenia y Azerbayán si bien subrayando el perfil humano de los personajes.
Con el cierre de esta edición se sigue consolidando el que probablemente sea el mejor festival dedicado al cine documental en nuestro país, un festival auténtico, honesto, atrevido y muy necesario en el monocromo panorama actual, y que además este año ha tenido el acierto de mostrar por primera vez en Europa las obras de directores asiáticos de vanguardia gracias a la colaboración con la Asian Network of Documentary.