Crítica: Nomadak TX

30 05 2007

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Título original: Nomadak TX
Año: 2006
Duración: 93 min.
Nacionalidad: Euskadi
Género: Documental, musical

Director: Raúl de la Fuente
Productor: Igor Otxoa
Intérpretes: Raúl de la Fuente, Pablo Iraburu, Harkaitz Martínez de San Vicente e Igor Otxoa, Harkaitz Martínez de San Vicente, Igor Otxoa, Mikel Laboa, Bagubahi, Rappai Pootokaren, Ichou Benazza, Batbuyan Butjav, Terje Isungset, Jana Mangi, Garazi Hach, Embarek, Josu Iztueta, Altai Hangai, Jayan Nair, Palani Velu
Guionistas: Raúl de la Fuente, Pablo Iraburu, Harkaitz Martínez de San Vicente e Igor Otxoa
Música: Harkaitz Martínez de San Vicente
Fotografía: Raúl de la Fuente
Montaje: Raúl de la Fuente
Fecha de estreno: 11-10-2006
Web oficial: http://www.nomadaktx.com/

Ttukkun, ttukun, ttukun kun, kun ttukun … tturrukuttun

Cuando oigo el sonido de este singular idiófono percutido que es la «txalaparta», algo atávico parece activarse muy dentro de mí. Esa vibración ancestral que evoca el galope del caballo, ese batir libre de la madera contra la madera, ese diálogo entre lo masculino y lo femenino, entre lo permanente y lo mutable, esa unión entre lo posible y lo imposible en un intercambio de llenos y vacíos, esa alquimia que culmina en el matrimonio de los opuestos como si de un intenso orgasmo se tratara, esos juegos rítimicos primigenios me llevan sin remisión a territorios desconocidos para mi razón.

Y es que en la txalaparta se produce un diálogo de contrarios que se encuentran en el espacio que te da el otro interlocutor, sin prejuicios, sin ideas preconcebidas, sin límites, pero con el respeto al espacio del otro sin cuya participación nada es posible.

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Crítica: Brasileirinho

29 05 2007

Brasileirinho es un canto al alma brasileña, o, siendo más exactos, es el canto mismo del alma brasileña.

El choro, quizás la más genuina de las músicas urbanas latinas, sobrepasa el compás, el ritmo, las cadencias, el movimiento, se erige como el pulso natural del latido del sentir del brasileño, amalgama de sangre roja, negra y blanca.

Deja de ser música para convertirse en vida misma, alegría y saudade. Choro es el juego de la vida, inmenso, permeable y penetrante al mismo tiempo, seductor, inclasificable, ingobernable. Es un océano de sensaciones diferentes que te disparan más allá de tu propio cuerpo y te lanzan a un espacio donde lo personal no tiene lugar.

Mika Kaurismäki a través de este rosario engarzado de grandes artistas elabora un documental que refleja más allá del sonido del choro, protagonista único de la cinta, el «ser» de estas gentes.

El choro se nos presenta como un fantástico piropo a la comunión de razas y culturas. Es un gigantesco crisol donde todo contribuye a la gran obra, desde el joven al anciano, de la mujer al hombre, del instrumento a la voz, del rico al pobre, del individuo al colectivo. Es el jazz de la vida misma donde los temas se repiten pero con tantas variaciones que se diría que nada se repite, nada es igual por mucho que lo parezca.

Sustrato de la samba y la bossa, y sin embargo recluído en una esquina, el choro es un testimonio social de primera magnitud. Por más que permanezca oculto por las grandes discográficas, fluye constante en continua transformación, como el río que progresa bajo tierra pero que nutre incansable y aflora caprichosamente para recordar de su existencia.

En definitiva es un documento que nos brinda una gran oportunidad de conocer más profundamente a través del sonido la realidad de un país muchas veces esteriotipado precisamente a través de ciertas corrientes musicales.

Lo confieso, desde la pespectiva cinematográfica no es un diamante, ni muchísimo menos, pero para las mentes curiosas y ávidas de autenticidad musical es una bonita piedra preciosa.